El fin de una era
A finales de los años sesenta, mi afición por los coches se encendió gracias a los folletos que mi padre traía a casa del trabajo y que mi abuela consiguió de un conocido. Ya ha pasado medio siglo y parece que la emisión de folletos por parte de los fabricantes de automóviles está llegando a su fin. También en Renault esta tradición ha llegado a su fin.
Si echas un vistazo a las páginas web de Renault en los distintos países del mundo, todavía puedes descargar los folletos de todos los modelos. Es agradable hojear digitalmente los folletos de modelos que no conocemos en nuestro país. Por supuesto, esta documentación puede almacenarse en el disco duro. Pero aún así, no se puede comparar con sostener el papel y pasar las páginas con una gran expectativa de lo que se mostrará en la página siguiente.
El aroma del papel recién impreso también forma parte de la experiencia tridimensional que ofrece un folleto de coches. Una experiencia que no puede ser igualada por ninguna fuente digital. Los folletos cuentan una historia. Y los ejemplares que se siguen emitiendo hoy cumplirán la misma función dentro de un tiempo.
En torno al folleto existe todo un mundo de coleccionistas. Gente que se queda con todo de una marca y otros que se inclinan por una época o tipo de coche en concreto. Se reúnen en las ferias y, sobre todo, a través de los canales de venta en Internet para buscar entre los ejemplares duplicados exactamente aquellas carpetas con las que se puede ampliar la propia colección. Suena casi romántico... De hecho, lo es.
Los folletos están vinculados a un periodo. Por eso, un folleto de 1913 que he encontrado recientemente en Epoqu'auto es muy diferente de uno de un Renault 4 de 1961 o del actual Arkana. Entiendo que en estos tiempos digitales la impresión de folletos es una partida de costo considerable para los fabricantes de automóviles. Pero un folleto es algo más que el costo de su elaboración. Pienso con nostalgia en los años sesenta, setenta y ochenta, cuando se elaboraba un nuevo folleto para cada modelo año tras año. Con nuevas fotos y un diseño diferente. Afortunadamente, tengo un gran número de ellos en mi armario, así que puedo retroceder en el tiempo siempre que quiera.
Porque no importa lo que el mundo digital nos quite, la historia siempre permanece...
Tony Vos, editor en jefe/editor de Losange Magazine